Después de un tiempo sin publicar, vuelvo en mitad del verano con deseos de aprovechar este tiempo y hacer que pasen cosas buenas. El verano es el tiempo del corazón, la estación donde más energía Yang está disponible y la alegría debería ser expresada. Con el objetivo de restaurar el equilibrio y disfrutar de la vida os propongo algunas reflexiones y acciones. Porque como dice Marian Rojas Estapé, “las personas que encuentran una finalidad, un objetivo, un sentido a su vida, tienen más razones para ser felices“.

¿Te falta energía o no sabes dónde está?

En junio y julio, escuchaba a gente hablar de vacaciones con anhelo. Querían que llegara agosto y septiembre para recargar pilas, descansar y no hacer nada. Se sentían sin energía, apáticos, e incluso diría desmotivados. ¿Te sientes identificada/o? ¿Por qué tenemos este anhelo cada vez más instalado? ¿Nos falta energía o simplemente está estancada?

Durante el año aprendemos a tener una vida llena de estímulos y carente de momentos de silencio externo y escucha interior. Algunas agendas están plenas de eventos para “optimizar” el tiempo, como si la productividad consistiera en estar todo el tiempo haciendo cosas… Vivimos rígidos en una realidad cada día más incierta, o como dicen ahora en los entornos de negocios, vivimos en un entorno VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo. Y ante esto, ¿qué hacemos?

Pues aquí va mi propuesta:

  • Sé flexible y adáptate a lo que llega hoy y ahora. Nuestro hígado ama la flexibilidad y se siente profundamente estresado ante la rigidez. El estrés y el exceso de cortisol sostenido en el tiempo estanca este elemento y nos evoca a la enfermedad. ¿Qué tal si practicamos ejercicio físico, reímos a carcajadas y cuidamos la alimentación para favorecer el buen funcionamiento del cuerpo?
  • Nutre el cuerpo y la mente con pensamientos positivos y actitud. La actitud es un potente activador del estado de ánimo y, como ya sabrás, el cerebro y nuestro sistema digestivo están conectados. ¿Cómo vamos a asimilar los alimentos si nuestro cerebro y nuestro cuerpo están saturados de pensamientos negativos y emociones reprimidas? Es momento de sitiar al cerebro y enviarle recuerdos que revivan la ilusión, crear momentos donde brote la amabilidad, el afecto y el amor.
  • Anticípate y ocúpate de tu propósito, de hacer realidad tus sueños. Estamos intoxicados de información. Durante unos días elige y practica la falta de información (noticias, redes, tele,…). Conecta con la naturaleza, con el hecho de caminar y sentir solo los estímulos naturales (viento, aves, flora, fauna). ¿Encuentras la belleza del momento, del lugar, del tiempo en que estás ahí?

¿Cómo hacer que me pasen cosas buenas?

Cuando empecé a leer el libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas, una parte de mí sabía que las respuestas estaban más cerca de lo esperado. Porque cuando estamos centrados, somos capaces de identificar qué nos aporta y que nos resta. Recogiendo algunas de las propuestas del libro y contrastando con lo que a mí me ha servido, aquí tienes algunas ideas para que te pruebes cuál te sirve.

  • Llena tu vida de amor. El Amor empieza por uno mismo, por saber quién eres, qué quieres, reconocer tu valor y darte lo mejor. Como terapeuta siempre digo que no puedo dar lo que no tengo, así que siempre me escucho y me doy a mí lo que necesito, para poder escuchar y dar a los demás.
  • Ante la queja practica el agradecimiento. Pon atención a los momentos en que caes en la queja y cambia la perspectiva: en lugar de ver las cosas que no te gustan o que no son como esperabas, observa lo que tienes y valóralo.
  • Si aparece la culpa, haz uso del perdón y la compasión. Libérate y libera a otros perdonando y sanando aquello que te hizo daño. No se puede cambiar lo que pasó, pero sí tienes la oportunidad de elegir lo que vives y cómo lo vives hoy. A través de la compasión puedes liberarte de la rabia, la frustración y el dolor, atrayendo la paz y el equilibrio.
  • Ante el miedo, sé valiente y confía. El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son. Ser valiente no es olvidar los miedos, sino evitar que te controlen y elegir avanzar a pesar de ellos. Abandonemos el rol de víctima y empecemos a ser protagonistas de nuestra vida.

Como dice Marian: “Sé proactivo. No tengas miedo a creer en la trascendencia de tu ser y de la vida. […] Presta atención a lo que te rodea, conectando de forma profunda con tu esencia, hasta llegar a descubrir un mundo maravilloso.

Espero que esta reflexión con propuestas para disfrutar más este verano, te sirvan para poner el foco en ti y hacer que te pasen cosas buenas. Si te ha gustado la publicación, házmelo saber y escríbeme en comentarios para que pueda seguir aportándote contenido de calidad. ¡Feliz mes de agosto!

Bibliografía y referencias

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