¿Alguna vez has oído hablar de la esencia? ¿Sabes qué puede provocar el envejecimiento precoz y cómo prevenirlo? ¿Sabías que el brillo de los ojos está relacionado con la vitalidad y la salud? La Medicina Tradicional China (MTC) considera que hay tres elementos clave para conservar la vitalidad del organismo y asegurar su equilibrio físico, mental y emocional. Son los tres tesoros: el Qi, el Jing y el Shen.
Es cierto que algunos conceptos de la MTC no tienen su traslado directo en la visión occidental del cuerpo. Sin embargo voy a intentar explicarlos para que tú puedas entender la importancia de este aprendizaje, tanto como yo lo hice en 2013 cuando lo descubrí por primera vez.
Todo es energía, en movimiento
Cuando hablamos del Qi hablamos de energía. Es la energía que fluye en la naturaleza, por nuestro organismo y que debe fluir libremente en las cuatro direcciones: entrada, salida, ascenso y descenso. El libre movimiento de la energía (Qi) se denomina Qi Ji y es lo que permite el equilibrio en cualquier expresión de vida, de forma que cualquier perturbación de ese movimiento generará distorsiones. Es decir, la perturbación de los movimientos de la energía es lo que puede ser una semilla para cualquier patología física, mental o emocional.
Por ejemplo, cuando una persona sufre estrés o ansiedad, la energía tiende a estancarse y esto puede provocar alteraciones en el sueño, en el estado de ánimo o en la ingesta de alimentos. Si estas situaciones se mantienen en el tiempo y se cronifican además de los síntomas anteriores, se pueden desarrollar enfermedades más graves como un cáncer. Y es aquí donde la MTC busca a través de las diferentes técnicas, por ejemplo la acupuntura, el shiatsu o la fitoterapia, la forma de tratar el origen del problema para restaurar el libre movimiento de la energía.
Según los filósofos antiguos, la vida y la muerte solo son diferentes expresiones del Qi. Wang Chong (27-97 d.C.) escribió: “El Qi produce el cuerpo humano al igual que el agua se vuelve hielo. Del mismo modo que el agua se congela y se convierte en hielo, el Qi se solidifica para formar el cuerpo humano. Cuando el hielo se derrite, se vuelve agua. Cuando una persona muere, se convierte en espíritu (Shen) de nuevo. Lo llamamos espíritu, de la misma manera en la cual el hielo derretido pasa a llamarse agua.”
La esencia vital
El segundo tesoro es el Jing: la esencia de la vida que se almacena en los riñones. Según la tradición, tal esencia tiene su origen en el Jing heredado o Cielo Anterior, es decir, la esencia de nuestros padres que nos legan cuando somos concebidos: la herencia genética (Yuan Qi). Es la energía original, la que se nos da como herencia y que condicionará las fortalezas o debilidades físico-psíquicas que tendremos durante toda nuestra vida. Es lo que marca nuestra constitución, los recursos que nos dan al nacer y que tenemos que aprovechar hasta el final de nuestros días. Y para mantener esos recursos, utilizamos el Jing adquirido o Cielo Posterior: la esencia que procede de los alimentos que ingerimos y el aire que respiramos, que permite que la vida siga manteniéndose.
Podemos ver deficiencias de Jing en casos de malformaciones genéticas o bebés muy enfermizos. Como dice el Golden Mirror of Medical Collection: “La Esencia del Cielo Anterior se origina de los padres; la Esencia del Cielo Posterior se origina de los alimentos.” No podemos elegir la herencia que tenemos al nacer, pero sí podemos agradecer lo que hemos heredado y actuar para tener una vida de calidad.
¿Cuál es la diferencia entre dos personas de la misma edad biológica que aparentan diferentes edades reales? La respuesta clave, a igualdad de esencia heredada, está en el estilo y los hábitos de vida, ya que explican más del 50% de nuestra salud. En el Su Wen, el Canon de Medicina Interna del Emperador Amarillo se dice: “Si la Esencia es apropiadamente almacenada [es decir, no disipada], ninguna enfermedad febril externa se contraerá durante la primavera… Si la Esencial no es almacenada en inverno, las enfermedades febriles externas se contraerán en la primavera.”
Tanto si es la primera vez que escuchas hablar de esencia como si no, el inicio de año es un buen momento de replantearte qué hábitos desgastan y minoran tu Jing. ¿Qué acciones realizas (o no realizas) y promueven/aceleran tu envejecimiento? El secreto de la salud y la longevidad está es ser consciente de cuál es tu capital de Jing actual y elegir un estilo de vida que te permita mantenerlo.
Mens sana in corpore sano
El tercer tesoro es el Shen, el principal símbolo de vida y a su vez el espíritu: es la expresión del Qi más sutil e inmaterial. La palabra Shen está asociada a la mente, al alma consciente y los estados mentales. El Shen nos permite tener conciencia de uno mismo y nos aporta la capacidad de pensar y razonar, comprender y tener memoria a largo plazo. El Shen es eso que sentimos cuando tenemos al lado una persona vital y cargada de energía: entonces se dice que la persona tiene Shen. Y es que el Shen proviene de la esencia (Jing): si el Jing es suficiente, la forma corporal es sólida y el Shen está vivo. Sin embargo, si el Jing se debilita, el cuerpo envejece y el Shen se agota.
Podemos ver el estado del Shen a través de los ojos: una mirada con brillo y vitalidad muestran un Shen saludable. Si los ojos están apagados, el Shen está turbado y esto puede pasar cuando hay problemas emocionales prolongados y graves o ante un shock importante.
Según la teoría de los 5 elementos conocemos que cada órgano tiene asociada una emoción, pero decimos que todas las emociones afectan al Corazón porque es la sede del Shen. Es decir, el Shen da sentido a todas las emociones. Si el Shen está en equilibrio disfrutamos de armonía a nivel emocional. Para entenderlo mejor mira el esquema de relación de los 5 elementos y piensa lo que dice Yu Chang en el texto Principles of Medical Practice: “La preocupación agita al Corazón y tiene repercusiones sobre los Pulmones; la reflexión agita al Corazón y tiene repercusiones sobre el Bazo; el enfado agita al Corazón y tiene repercusiones sobre el Hígado; el miedo agita al Corazón y tiene repercusiones sobre los Riñones. Por lo tanto, las cinco emociones [incluida la alegría] afectan al Corazón.”
¿Cómo cuidar y cultivar los tres tesoros?
Cada decisión que tomamos tiene sus consecuencias porque somos lo que hemos vivido hasta ahora y seremos lo que decidamos a partir de este momento. Lo más importante es no perdernos en los detalles sino aprender a decidir viviendo el presente, pero conscientes de lo que creamos con esas decisiones.
Es más importante de lo que creemos elegir:
- La mejor alimentación que te puedas permitir (alimentos e hidratación),
- Una práctica adecuada de ejercicio,
- Unos hábitos de descanso que favorezcan la reparación y regeneración del organismo,
- Un ambiente saludable (evitando en lo posible contaminación, humedad y otros factores patógenos)…
…para sostener la esencia heredada y gozar de una vida larga y saludable. Tomemos consciencia de las situaciones que nos llevan a una dinámica tóxica que deterioran nuestra herencia genética. Esto es importante sobre todo si queremos ser padres, ya que nuestra esencia será el legado que dejaremos a nuestros hijos.
Me entristece ver cómo la gente envejece rápidamente o tiene la mirada perdida (errante) pues pierden los motivos para vivir y se abandonan. Por el contrario, me gusta observar a las personas que muestran el alma en sus ojos, que son espejos para reflejarse y aportan lecciones de vida sin más moneda de cambio que el amor.
Moverse libremente, decidir lo correcto, actuar con decisión y volar. Eso para mí es el libre movimiento de la energía. Encontrar la armonía con uno mismo, vivir con propósito y actuar -sin excesos, fluyendo- para estar más cerca de aquello que te propones: eso mantiene el ciclo de la energía. Como todo es energía y no se crea ni se destruye sino que siempre se transforma, te invito a aprovechar tu energía y vitalidad para contagiar y aportar a las personas que te rodean, para que la energía está en equilibrio.
“Si el Jing es la fuente de la vida y el Qi la capacidad de activar y mover, el Shen es la vitalidad en la que se apoyan el Jing y el Qi en el cuerpo humano.”
Tres tesoros que cuidar y cultivar. Tres metas que cumplir para con uno mismo y con el universo.
Bibliografía y referencias
- Entre el Cielo y la Tierra. Los cinco elementos en la Medicina China, de Harriet Beinfield y Efrem Korngold. Editorial La Liebre de Marzo
- Los fundamentos de la medicina china, de Giovanni Maciocia. Editorial Aneid Press (2001)
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